A RATOS
A ratos, después de una sonrisa algo impostada, se derrama, transparente y líquido como el manantial sobre la roca, el corazón por la comisura de mis ojos verdes, tiñéndoles color cereza amarga. Sólo a ratos.
No sé - ni he aprendido, ni me sale - hacer las cosas sin poner todo el alma en el asador; a veces las ascuas la atemperan suave, meciéndola en sesteoso vaivén. Otras, apenas quedan rescoldos para animarla y queda cuasi inerte, latente en su sueño desvelado. A ratos, una llamarada la hiere y es entonces cuando, en silencio, mejilla abajo sangra...
Sangra a ratos cuando más arde,
a ratos cuando más vibra, cuando más resuena;
dentro y fuera,
cerca y lejos,
fuera y dentro,
en el rostro y a la espalda.
Quizás tenga que aprender a dejar bien resguardado un trozo de sentimiento que nadie tocara. Algo mío sin tapujos, sin cortina ni ventanas, metido en un cofrecillo de paño grana y nácar; un tesoro carente de valor material, que para uno sea todo, que todo lo contenga, la ira y la calma. Una estancia tranquila donde lamer heridas sin condescendencia ni autocompadecencia... no sé, creo que tendría que inventarla, más una palabra conque nombrarla. Un sanatorio de heridas a flor de piel que desde dentro cicatricen, que nunca produzcan llagas.
Lo cierto es que, a ratos, como digo, se derrama el calostro diamantino de mi sentir por no saber sentir sin ganas, por ser tan mal actor en la escena de la vida, por entregar y pedir menos que nada.
Y seré, lo intuyo con razón, siempre como a ratos, hecho de ratos y ramas de una esencia más profunda que lo que a tocar llegara...
Y si sangra quedo el corazón entre mis ojos,
¡Déjalo si sangra!
Mientras sangre sin morir,
vive, me imagino, el ánima;
que a la postre
el arroyuelo seca,
y a la postre emana
dulce alegría de ser
que mejilla secas baña
de argentino lacrimal
de cereza edulcorada...
A ratos rimo mi verso, a ratos lo olvido.
A ratos, lloro, es verdad... pero siempre soy el mismo que viste, calza y al final baila al son que marque la vida, compañera de jornadas.
A ratos soy el que soy; a ratos, el que soñaba.
Rafael Benjumea Pérez
No hay comentarios:
Publicar un comentario