Abre las puertas de esta despensa...

De pequeño, mi repulsión irracional hacia el deporte, y mi obtusa tendencia a estar solo, propiciaron que mi deporte favorito consistiera en encerrarme en la despensa de casa, justo bajo la escalera.Tan confinado espacio, repleto de latas de conserva, pastas, legumbres y botes de Cola-Cao, fue campo de cultivo ideal para las semillas que mi imaginación derrochaba, como era propio a mis escasos años. Fui allí presentador, mago, científico loco y decorador del Un, Dos, Tres... Fui todo lo que quise en cada momento. En modesto homenaje a aquel cubículo preñado de ilusión, vaya este blog donde ser otras mil cosas, ahora que los años no son tan pocos...Abre la puerta y entra en mi despensa, tal vez, aunque sea por un segundo, tu ansia de curiosidad infinita sea, como lo fue la mía en su momento, saciada.

PS. Se admiten comentarios y crítica constructiva, al fin y al cabo es la mejor base para mejorar.



domingo, 4 de diciembre de 2011

Dime, anoche, ¿Dónde estabas? ¿Dónde estabas mientras mis pies helados buscaban los tuyos bajo las sábanas de escarcha? ¿Dónde estabas mientras, entre susurros, yo te abrazaba? Dime, anoche, ¿Dónde estabas, cuando oímos jadeantes sobre el pueblo las campanas? ¿Dónde estabas cuando te hacía el amor hirviendo... y buscando sin lograrlo tu mirada? ¿Dónde estarían tus labios que con fuerza sobrehumana, desquiciado, como un animal besaba? ¿Dónde estaba tu perfume, además de con agujas ensartado en la almohada? ¿Dónde estaba el corazón que con mi corazón frenético, lunático, errático arropaba? Cuando me hube aliviado, de amor y sexo las cargas, y a tu lado quedé laxo como una cuerda olvidada; Cuando dí la vuelta, vida, presagiando tu fantasma... Cuando apagué el cigarrillo mortecino, ruin, caduco, de esta imaginación varada... Dime, niño, no me mientas... Dime, anoche, ¿Dónde estabas?