domingo, 4 de diciembre de 2011
Dime, anoche, ¿Dónde estabas?
¿Dónde estabas mientras mis pies helados
buscaban los tuyos
bajo las sábanas de escarcha?
¿Dónde estabas mientras, entre susurros,
yo te abrazaba?
Dime, anoche, ¿Dónde estabas,
cuando oímos jadeantes
sobre el pueblo las campanas?
¿Dónde estabas cuando te hacía el amor
hirviendo...
y buscando sin lograrlo tu mirada?
¿Dónde estarían tus labios
que con fuerza sobrehumana, desquiciado,
como un animal besaba?
¿Dónde estaba tu perfume,
además de con agujas ensartado
en la almohada?
¿Dónde estaba el corazón
que con mi corazón frenético, lunático,
errático arropaba?
Cuando me hube aliviado, de amor y sexo
las cargas,
y a tu lado quedé laxo
como una cuerda olvidada;
Cuando dí la vuelta, vida,
presagiando tu fantasma...
Cuando apagué el cigarrillo
mortecino, ruin, caduco,
de esta imaginación varada...
Dime, niño, no me mientas...
Dime, anoche, ¿Dónde estabas?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)