Da lo mismo que ignores los hijos
de mi cuaderno.
Me da igual si sigues en el limbo
de los mastuerzos...
Seguiré desde aquí canturreando
tus curvas, tus rectas,
Tus ojos, tu pelo, tus manos,
tu vida y tu muerta...
Seguiré ensalzando de lejos
tu pecho de almohada
donde siempre anidaron mis sesos
esperando nada.
No hay por más que cantar al moreno
cruel de tu cadera,
al chulapo de azúcar y hiel
que invade mis aceras.
Seguirás sin saber que deseo
desees lo mismo,
cabezota, estúpido, obseso,
plomo en el abismo...
Hay que ver lo pamplinas que somos,
lo muy carajotes,
los poetas bordando estos tomos
de chulo y pajotes...
Lo importantes, lo grandes, lo listos,
lo más de las cremas...
Siendo torpes al par con el hilo,
la aguja y la flema...
Y siendo como fuere repito
sin ser más pesado,
Cantaré por siempre a un tal Sito,
aunque me dé de lado.
domingo, 29 de mayo de 2011
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