Me quedaré con tu mirada sin permiso,
Me quedaré con tu sonrisa en cada suspiro,
Me quedaré con el brillo intenso de tus palabras
Y las amapolas que despertaron tus pasos.
Me quedaré las mariposas que ataste para mí
A los pies de mi cama
Y los barcos que fletaron mis deseos
Rumbo a tu piel ignota.
Me quedaré la corriente de palabras engarzadas
Que tejieron mis dedos en esta guirnalda
De papel de seda.
Me quedaré las ganas de ganarte,
Las canciones que nunca ensayamos
Y los abrazos que se quemaron en el horno
Del anhelo desatendido.
Me quedaré el perfume de tu presencia
Enquistado en los rincones de mi día a día,
Los despertares con tu nombre grapado en mis labios.
Me quedaré con la espera ilusionada
De tu vuelta,
Y el ritual holístico
De la idea de volver a verte.
Me quedaré, al fin y al cabo,
Con un puñado de aire infesto de ilusiones
Que no pudieron nacer
Porque, por quedarme,
Me quedé solo,
Y sólo
Sin quedarme contigo.
miércoles, 17 de febrero de 2010
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