Dame una razón
Para no sonreír al sentir la almohada
De nuestras tardes de amable multitud,
Para no recordar con ojos brillantes
Tus ojos risueños.
Dame una razón
Para no despertar sumido en la alegría
De un futuro próximo
Junto a tu presencia.
Dame una razón
Para no ir por el día
Murmurando canciones que tú y yo adoramos
Susurrándole al viento
Que las sople a tu oído.
Dame una razón
Para no beberme el sol de la tarde
Reflejado en tu carilla
De chaval travieso.
Dame una razón, si puedes,
Para no musitar palabras dulces,
De caramelo blando, al derretirse el sol…
Dame una razón,
Para no estar alegre
De solo pensarte
Aunque dormites lejos…
Dámela,
Aunque bien sé que no puedes
Por una razón sencilla,
No me la darás…
No existe esa razón.
martes, 13 de abril de 2010
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